¿SABÍAS QUÉ?

Lavar y desinfectar los depósitos de agua potable previene la transmisión de enfermedades derivadas del uso o consumo de agua sucia.

Generalmente, el agua que llega a tu casa es apta para que la tomes, te bañes y cocines con ella. Sin embargo, casi todas las viviendas cuentan con tinacos y cisternas que, si no se mantienen limpios y desinfectados, contaminan el líquido y pueden provocar enfermedades gastrointestinales y de la piel.

En un depósito de agua, habitan todo tipo de gérmenes, además de lodos, óxido, bacterias, elementos ajenos, basura, residuos, animales muertos, etc. Esto se convierte en un problema aún mayor cuando el depósito se destapa por cualquier razón, o bien, cuando no se cuenta con tapa. La exposición al sol junto con el agua genera fotosíntesis, lo cual forma lama, y esto a su vez produce gusanos a simple vista y, bajo microscopio, ¡un zoológico!